lunes, 25 de abril de 2011

TOROS DE LUTO


Los toros de Daniel Ruiz llevaban ayer la divisa negra en señal de duelo por la muerte del ganadero Juan Pedro Domecq. Y también se puso de luto el cielo sobre la Maestranza cuando los integrantes del paseíllo pararon para guardar el minuto de respetuoso silencio en homenaje al malogrado ganadero y a Pepín Martín Vázquez, fallecido el pasado febrero. Después esa nube negra comenzó a descargar agua de forma inmisericorde sobre el ruedo maestrante durante la lidia de los dos primeros toros. Con lo guapo que iba el público ayer a los toros: daba pena ver descomponerse los peinados de las señoras o las chaquetas de los endomingados caballeros empapadas por la tormenta. Una pena. Para una vez que se va a los toros con cartel de tanto fuste y tener que bajar los tendidos a todo correr a refugiarse en las galerías hasta que el aguacero cesase.

Claro que después esos mismos públicos se desquitaron y pidieron desaforadamente las dos orejas para Julián López en el quinto de la tarde. Que no iba uno a venir a la Maestranza un Domingo de Resurrección con todas las galas, sólo para contar después que se había puesto chorreando con la llantina que el cielo descargó en señal de luto. Ya que uno se ha gastado un dinero en la entrada (la plaza de bote en bote, como corresponde) y se ha puesto el terno hecho una pena, por lo menos había que presenciar un triunfo inenarrable del gran Juli. Pero lo más increíble fue que la Señora Presidenta, que estaba a buen resguardo en su palquillo y que no había pagado entrada, secundase la petición. Dos orejas de regalo al esportón para una faena vulgarcita en la que sólo una tanda por la derecha mereció la pena, aunque los de Tejera volvieran por sus fueros y atacaran el pasodoble cuando desde el 12 se oyó por primera vez "Músicaaa!". Con lo bien que tocan y lo mal dirigidos que están: esta banda está perdiendo los papeles año tras año.

Es verdad que Julián López logró que el animalejo de Daniel Ruiz siguiera la muleta, a trompicones, pero la siguió. Es que Juli es muy listo y tiene muchas tablas y no estaba dispuesto a vivir otro petardo como el del pasado San Miguel. Tan listo es y tantas "tablas" tiene que los públicos aplaudieron al descastado animal en el arrastre. Realmente Julián López, que sabía lo que tenía delante, toreó para la galería: mucha voluntad, mucho gesto, mucho teatro, pero casi siempre al hilo de los pitones, sin cruzarse. Además mató saliéndose de la suerte. Lo que nos queda que ver en esta Maestranza...

Porque el animal aplaudido era descastado y flojito, como todos sus hermanos. Qué fiasco de corrida: como la del año pasado, claro, cuando también abrieron el abono estos birriosos toros de Daniel Ruiz que debe tener un acuerdo con los veedores de la empresa y con los apoderados de los figurones del toreo que ayer compusieron el cartel. Yo hablaría con la jueza Alaya, porque éste debe ser un caso claro de tráfico de influencias. Es lo que tienen los "toros artistas" que inventó el malogrado ganadero, en un símil con el concepto de "torero artista". Claro que un torero artista, si tiene la suerte de dar con un toro boyante y encastado, puede hacer una faena que quede en los anales de la tauromaquia. Pero un toro artista sólo dará un espectáculo si tiene delante a un artista de torero que, como Juli ayer, haga creer a los públicos que sucede en el ruedo lo que realmente no sucede. El arte del similiquitruqui, vaya. Los jandillas de ayer eran eso: toros artistas para el similiquitruqui. Descastados y flojos o lisiados. Sólo el tercero, un buey de 600 kg que era tan inválido como regordío y que no podía mantenerse en pie, fue devuelto. Pero también debería la usía haber devuelto el segundo: sólo se libró porque cuando salió estaba el aguacero en todo su apogeo. Por no hablar del cuarto de la tarde: un novillete (con más trapío se han toreado novillos en esta plaza) al que Morante no quiso ver, ni falta que hacía.

De lo demás, poco se puede decir. Como casi todos los aficionados, el excelentísimo Rafael Valencia, reciente académico de la de Buenas Letras y buen conocedor, veía pasar los toros con una cara de aburrimiento digna de mejor causa. Claro que al menos tuvo la ventaja de no mojarse. Manzanares, con más voluntad que confianza, enjaretó una serie con la derecha en cada uno de los suyos. Pero con la izquierda no quiso ni verlos: citó fuera de cacho y como sus toros artistas no iban por dónde el quería (porque claro al toro hay que llevarlo toreado y no dejarlo pasar de aquí para allá y de allá para aquí) pues desistió y vuelta a los trapazos con la derecha. Una decepción.

Eso sí. Morante, que ayer no iba ni bien vestido, hizo un quite al tercero de esos que valen toda una corrida: dos verónicas de ensueño. Remató con media muy lenta que hizo las delicias de públicos y aficionados aunque, de verdad de verdad, en ese lance se alivió y echó la "pata" para detrás. Pero quién se fija en esas cosas un Domingo de Resurrección en la Maestranza...

3 comentarios:

  1. Lo del luto en esta ganadería no lo entiendo por no ser familiar directo ,pero como todos los desechos de tienta de Domecq sigan el mismo camino no hay tela suficiente para la temporada.

    ResponderEliminar
  2. Una temporada nueva en la Maestranza, pero todo me resulta viejo, después de la limpieza "de corrales" de presidentes, nos quedamos con una presidenta que no defiende, ni da rigor a una plaza como la de la Maestranza, ella es seguidora de Juli, no se entienden los premios que le dió. ¿Qué le daremos al que haga una faena mejor que la de Juli?.
    Unos ¿toros? encastes Domecq, como siempre, el encaste lo comenta todo, es más en el cartel de mano de la corrida se recoge respecto a la ganadería "En la temporada 2008 alcanzó la cima con el gran encierro lidiado en Nimes que sirvió a El Juli para conmemorar sus diez años de alternativa", creo que no es necesario más comentarios.
    Los seguidores, quizás mejor forofos del torero de la Puebla, que son capaces de ver lo que no existe ya que empiezan a gritar cuando comienza un pase que generalmente acaba enganchado, como siempre, dos verónicas y una media a un toro bobalicón, al sexto ni se le acercó para hacer el quite. Y Manzanares se pasó en su faena ya que intentaba, que estando la cosa como estaba, lo mismo le regalaban una oreja.
    Creo que esta plaza está perdiendo el nivel y el criterio que nuestros mayores lograron darle.
    Salud

    ResponderEliminar
  3. Estoy de acuerdo con vosotros. Esos animales de sangre Domecq no valen para nada. Esperemos que la temporada vaya por otros derroteros en adelante

    ResponderEliminar