viernes, 6 de mayo de 2011

TRES EN UNA



Tres festejos y muy poquito que decir. Muy poquito. Todo se podría resumir en algo así como "más de lo mismo". Tres festejos con toros que parecen fotocopiados: es lo que tiene el monoencaste. Sólo el quinto del encierro del martes se salió un poco de la tónica general. Un toro con caja y con sus kilos pero no gordo, con trapío y con casta que El Cid se dejó crudo. El toro era de triunfo, pero El Cid ya no parece tener condiciones morales para tratar con algo así. Le faltó reposo y seguridad, no lo vio en ningún momento. O no quiso verlo. El Cid sólo asentó las zapatillas en su primer toro del viernes: consiguió una oreja que supo a poco dado lo que se espera de él en esta plaza, porque en el cuarto volvió a dar el petardo. Y eso que de los cuatro toros con los que se las vio el único que tenía algo de mordiente fue aquel burraco de El Pilar. Un fiasco y una desilusión.
En esa mala corrida de El Pilar sólo vimos las ganas y las buenas maneras de Esaú Fernández, un joven torero de Camas que me ha sorprendido. La verdad es que después de verlo en las novilladas del verano pasado tuve la impresión de que estaba demasiado verde para tomar la alternativa. Pero mostró serenidad, técnica y valor. Y mucho gusto manejando los trastos. También mató con soltura. Si lo llevan bien creo que puede convertirse en un buen torero. Esperemos que no se atore en su primer año y retroceda todo lo que ha avanzado, porque es muy joven y tiene muchas ganas. Dos orejas al esportón que no son mal comienzo para una carrera y que nos quitó el mal sabor de boca que en aquella corrida nos dejaron Morante, El Cid y los toros.
Lo de Fuente Ymbro que se toreó el miércoles fue para olvidar. Una muy mala corrida: mansa, descastada, floja hasta la desesperación. Parte del público pidió (también) la devolución del último toro, pero en el 11 se suplicaba por primera vez que el presidente no hiciera caso: estábamos tan aburridos que lo que queríamos era salir cuanto antes de la plaza. El ganadero ha llegado a la cima: ha logrado toros absolutamente bobalicones y descastados. Ya tiene lo que quería. Ahora, a matarlo todo y a dedicarse a la cría de retinto que tiene mejor precio en las plazas de abasto. Los matadores también tienen lo que querían y por eso pasaron sin pena ni gloria. Sólo Tejela intentó hacer algo con sus enemigos, pero fue un esfuerzo inútil. Perera sigue en sus trece. No acaba de salir del hoyo en el que cayó el año pasado. Y Talavante aburre a las moscas.
La corrida de ayer pareció comenzar con otro son, pero acabó en lo mismo. Las ganas de El Cid en el primero dejaron algunas buenas series con la derecha, pero con la izquierda siguió mal colocado y así no se puede. Los tres matadores dieron una lección de cómo se dobla la cintura para citar por naturales: hay que doblarla mucho para colocar la muleta en el pitón contrario pero poner los pies absolutamente fuera de cacho. En eso Cayetano se mostró como un maestro. Este joven debería dejarlo y dedicarse al modelaje: seguro que ahí tiene más futuro. Se le nota que ha trabajado mucho delante del espejo, porque posturas sí que pone: ahora recuerda a su padre, ahora recuerda a su abuelo. Pero a ninguno de los dos se parece cuando tiene un toro delante, aunque el astado sea un bobalicón de esos que le selecciona su pariente y apoderado. Y además ha pasado al populismo más descarado. Su último toro en Sevilla, un manso de solemnidad como todos los jandillas de Jaén, lo trapeó entre el 10 y el 12 después de quitarse ostentosamente las zapatillas, no sabe uno muy bien por qué ni para qué. Sería un consejo de su hermano que estuvo asesorándole detrás de las tablas durante toda la faena. La solanera agradecida (no sólo las mujeres, que más de una vez le piropearon) y parte de la sombra incluso llegó a pedir la oreja. Será por lo de las zapatillas o porque es muy guapo, o yo qué sé. El caso es que el presidente esta vez tuvo criterio y no se la dio. Pero a instancias de su cuadrilla se marcó una vuelta al ruedo muy compuesta y salerosa en la que las féminas pudieron verle de cerca, tirarle toda clase de prendas y piropearle a voluntad.
Daniel Luque estuvo esta vez menos apático que en su anterior corrida y también fue injustamente recompensado con una oreja por su tesonera faena al manso que cerró la corrida. Cosas de esta plaza de toros en la que ya no sé si el que está equivocado soy yo: la música atacó un pasodoble cuando el de Gerena iba a recoger el estoque para acabar de una buena estocada con su oponente. Cosas para ver y para olvidar.
Y hoy jandillas de verdad. Eso es, más de lo mismo.

3 comentarios:

  1. Estando de acuerdo con lo descrito me gustaría reflejar algunas cuestiones que me surgieron en la tarde de ayer.
    Qué motivó, que el presidente le diera al Cid una oreja.
    Qué razón hay, para que el modelo venga dos tardes.
    Qué razon tenía el alguacilillo, para dejar al hermano del modelo en el callejón y recorrerlo junto a él.
    Qué razón había, para que el picador de la cuadrilla del modelo, en el quinto toro trabajara mas que el resto de los picadores de las otras cuadrilla.
    Por qué no ponen en el cartel anunciador, 6 toros-anovillados sin picadores, que se asemejaría más a la realidad de lo que vimos.
    Salud y esperanza

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  2. Amigo anónimo, tus preguntas son muy acertadas. Tendrán alguna respuesta?

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  3. amigo Elías.. como te va la vida?.. jejejeeje celebro que subsistas a esta puñetera crisis enconomica-taurina que nos asiste jejejej nuestra Maestranza, una de cal otra de albero jajajajaj pero que guapa es!...Un abrazo!...

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