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ALGO DE ESPERANZA Y UNA SARDINA
Eso era el cuarto toro de la tarde, una sardina con patas. Patas largas, cuerpo escuálido y carita de niño. Un bodrio de toro, como todos los demás que salieron al ruedo. Mansurrones (buscaban desesperadamente la puerta por donde habían llegado) blandos, descastados y tontorrones. Perdón, muy nobles. Seguimos con las mismas. ¡Qué mala suerte tiene Morante! Siete toros y ninguno ha salido bueno. Que si uno hacía no sé qué, que si el otro no se entregaba, que si el de más allá tiraba un gañafoncito por la izquierda y así no hay forma... Mala suerte. Con el cuidado que ponen los suyos en buscar el ganado para el maestro y nada. Pues a despedirlos a todos, incluido el apoderado. Y para la próxima que exija que le anuncien con toros de verdad. Verá como entonces sí puede mostrar todo lo que lleva dentro ¿O no? Porque dos medias (eso sí, de cartel de toros), unas chicuelinas, una tanda por la derecha y algunas trincherillas salerosas no sirven para justificar el día. Y sí dejaron ver con claridad que el de La Puebla está espeso y reservón. Aguanta las broncas con estoicismo, y a otra cosa. Ya lo decía: seguramente la afición sevillana no le va a permitir mucho más, porque Morante no es Curro. Ni siquiera en las broncas. ¿Quién no recuerda las broncas al camero en la Maestranza? Eran tan apoteósicas como sus triunfos. Las broncas a Morante son medianitas. Ni siquiera la lluvia de almohadillas en la despedida (que no estoy defendiendo, desde luego) son como aquellos diluvios que soportaba Curro en su camino hacia la puerta del patio de caballos. Así que como no es Curro, a lo mejor los aficionados se olvidan de él.
La esperanza la puso el nuevo matador de toros, el madrileño López Simón, que sorprendió con su decisión, su arrojo y sus maneras ante el único toro decente (que no bueno) de la tarde y que casualmente estaba reseñado de sobrero. Su decisión y arrojo le valieron la oreja y una cornada cuando se tiró a matar con todas las fuerzas de su alma. Cuando lime algunas asperezas y purifique su tauromaquia quizás tengamos un buen torero.
Eso fue todo en una tarde con tantas esperanzas, porque Manzanares vivió de la renta ante un ganado imposible y llevó la lentitud de su faena hasta la desesperación en el quinto de la tarde. Es que claro, además de que su tauromaquia está marcada por la despaciosidad, a estos toros enfermizos hay que dejarles mucho tiempo entre tanda y tanda, y a veces entre pase y pase, para que se recuperen y medio acudan la engaño.
Una penita de ganado del glorificado Núñez del Cuvillo. Como casi todo lo que ha salido, exceptuando lo de Cuadri y lo de Victorino Martín. Si estas mismas ganaderías sacan ganado bueno en otras plazas, tendremos que dar crédito a quienes dicen que el problema no es sólo del declive de la cabaña brava, sino que los ganaderos envían a cada plaza ejemplares de calidad proporcional a lo que las empresas pagan por ellos. Entonces, lo que sale en la Maestranza es de saldo.
Hasta cuándo lo de Morante.
ResponderEliminarDesde la cogida grave de Morantes en la Maestranza, han transcurrido 12 años, si le quitamos el año que se retiró voluntariamente de los toros, puede decirse que Morantes ha estoqueado en torno a 60 toros (una media de tres corridas por temporada), bien pues si la memoria no me falla, creo que los premios que ha obtenido fueron, 2 orejas dadas por un presidente de una forma algo inusual y una oreja tras una bajonazo. Y por lo demás singularidades, una media, tres verónicas, una tanda de ....
Bueno, pues me temo que el próximo año lo volveran a contratar otras tres tardes, y de nuevo el público volverá a ver otra vez,esa cara compungida al final de la faena queriendo mostrar con ello, que le duele el hecho de llevárselo calentito sin el menor esfuerzo.
Se imaginan que todos los trabajadores de este país actúasemos como Morante; todos nos creyesemos unos artistas de nuestro trabajo y todo los días que trabajamos se nos tuerce algo y hacemos lo indispensable para justificarnos ¿seriamos despedidos?.
Por lo demás totalmente de acuerdo con lo descrito más arriba, únicamente añadir que el nuevo maestro debería ser más natural en sus poses y sus gestos.
Y por supuesto, que me gustaría ver a Manzanares con otro tipo de toros.
Llevas toda la razón. Y el año que viene otra vez ¿no ves que la pareja Morante/Manzanares es la única que llena la plaza? Ya verás en San Miguel...
EliminarLo que no está tan claro es que todos los abonados volvamos a ocupar nuestros asientos. Tal y como está la cosa podremos comprar tres o cuatro entradas de los días que nos intertesen y a otra cosa. Comprar todo el abono es tirar el dinero.